En diálogo con Fm La Isla, el secretario general del Centro de Empleados de Comercio de Río Grande, Daniel Rivarola, analizó el proyecto de reforma laboral que el Gobierno nacional envió al Congreso, un texto de 79 páginas que, según afirmó, “no sólo no genera empleo, sino que está dirigido completamente hacia el sector empresario”.
Rivarola señaló que la norma incorpora modificaciones profundas en materia de vacaciones, jornadas laborales, banco de horas y convenios colectivos, siempre bajo la figura del “acuerdo voluntario”, que para el dirigente “no existe en la práctica cotidiana”. “La ley lo escribe suave, pero todos sabemos cómo funciona la relación laboral real: si el trabajador dice ‘no’, lo presionan hasta que diga que sí”, planteó.
Uno de los puntos que más preocupación generó es la posibilidad de fraccionar vacaciones, moverlas fuera de temporada y establecer un banco de horas que habilita jornadas desiguales. Según explicó, esto impactará especialmente en el comercio: “Lunes y martes, cuando no se vende, te darán cuatro horas; viernes y sábado, que son días fuertes, te van a llevar a las doce horas. Y la ley lo habilita”.
También advirtió sobre el regreso de herramientas que “ya demostraron su efecto distorsivo”, como el vales o tickets alimentarios y los pagos no remunerativos. “Si cobrás mil pesos, te van a ofrecer que 200 sean en tickets. Así empezó en los 90”, recordó. Sumado a eso, la posibilidad de establecer premios individuales “divide a los planteles y rompe la unidad de los trabajadores”.
El dirigente destacó además que la reforma afecta actividades específicas como el periodismo —al desdibujar la protección del Estatuto del Periodista— y las plataformas digitales, donde “se llena de derechos lindos a trabajadores que siguen siendo monotributistas, sin vacaciones y sin aguinaldo”.
Otro capítulo central es el de los convenios colectivos. El proyecto plantea la posibilidad de revisarlos y renegociarlos por empresa o región. Para Rivarola, eso no sólo es riesgoso para los trabajadores, sino incluso para parte del empresariado: “Muchos empleadores necesitan el convenio para ordenar la actividad. No todos están de acuerdo con tirar abajo las reglas del sector”.
Respecto al clima político, aseguró que el gobierno nacional utiliza como estrategia “el ataque directo a los gremios” para defender la reforma, buscando debilitar a las organizaciones que pueden resistirla. “Somos las únicas entidades libres, privadas y con capacidad real de negociación. Por eso apuntan ahí”, afirmó.
Rivarola recordó que gran parte de esta reforma replica artículos del DNU 70, actualmente frenado por medidas judiciales impulsadas por sindicatos. “El objetivo es convertir en ley lo que hoy está suspendido”, sostuvo.
Finalmente, consideró que el debate se dará con intensidad en el Congreso y que será clave el trabajo político con diputados y senadores. “Manifestarse sirve, pero si adentro te votan la ley, la ley es ley. El verdadero trabajo está ahí”, concluyó.