En una jornada tensa en los tribunales, Amelia Almirón, madre de Marcelo Fernández, se presentó ante el Juez Raúl Sahade para exigir respuestas sobre la muerte de su hijo, ocurrida en el Sanatorio Fueguino. Acompañada por su nuera, Paola Bogado, esposa de Marcelo, Almirón mostró su malestar ante la demora en el proceso judicial, especialmente por la suspensión de la audiencia que había sido programada para esclarecer las circunstancias del fallecimiento de su hijo.
Durante el encuentro, Almirón le solicitó al Juez una explicación sobre los motivos de la suspensión de la audiencia, argumentando que ella debía ser la primera en declarar, dado que estuvo presente cuando su hijo falleció. “¿No le parece a usted que yo soy la principal de declarar primero, después los demás?”, expresó la madre, destacando la importancia de que su testimonio fuera tomado antes que los de los médicos del sanatorio.
El Juez Sahade respondió que la audiencia se había suspendido debido a que los documentos forenses y los informes médicos aún no estaban completos, y que, en cuanto se tuvieran todos los datos, se avanzaría con las declaraciones. Sin embargo, la postura de Almirón es clara: no está dispuesta a que el caso avance sin una respuesta definitiva de qué ocurrió en el quirófano aquel día.
Además, en el transcurso de la conversación, Almirón planteó una serie de dudas sobre la gestión de la causa, mencionando que un testigo le había asegurado que en el quirófano "es todo una joda". “Capaz que estuvieron así y ni anotaron lo que le pusieron a mi hijo”, expresó indignada, refiriéndose a las posibles irregularidades en el tratamiento que su hijo recibió.
La madre de Marcelo también cuestionó la falta de presencia del Juez en el allanamiento realizado en la causa, criticando que se haya enviado a un secretario y que, tras cinco días, recién se hayan dado cuenta de que faltaba el certificado de anestesia.
Finalmente, el Juez se comprometió que antes de las vacaciones judiciales se tomarían las declaraciones correspondientes, y que los médicos y cirujanos involucrados en la causa ya habían sido notificados de sus derechos y garantías. Sin embargo, a pesar de estas promesas, Almirón sigue esperando respuestas claras y un avance real en el esclarecimiento de la muerte de su hijo.
“Estamos luchando para que no quede impune lo que le hicieron a mi hijo”, afirmó Almirón, quien dejó en claro que su lucha por justicia continuará, exigiendo que la causa avance y que todos los responsables, si los hubiera, sean sancionados. Mientras tanto, el caso sigue siendo una cuestión abierta, con la familia Fernández esperando que se haga justicia por la trá
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