
En el barrio Chacra 2 late una pasión que no depende de presupuestos oficiales ni de grandes sponsors. El Club Kiricocho, formado hace apenas tres años por un grupo de amigos, se sostiene a fuerza de rifas, ventas de pollo y aportes voluntarios. Su meta es ambiciosa: en 2025 quieren competir en la Primera de AFA, pero para lograrlo necesitan armar nueve categorías más, un desafío tan grande como el corazón que los mueve.
“Queremos sacar a los chicos de la calle y darles un espacio de contención. Nosotros, los más grandes, no lo tuvimos”, cuentan desde la comisión. Por eso, además de futsal, ya sueñan con sumar fútbol 11, básquet, handball y una rama femenina. Todo con un objetivo claro: que cada pibe y piba del barrio tenga un lugar donde aprender disciplina y crecer en equipo.
El camino no es sencillo. Cada partido de futsal cuesta unos 25 mil pesos solo en arbitraje, y a eso se suman seguros, camisetas y balances contables. “No recibimos ayuda ni del municipio ni del gobierno. Nos mantenemos con el bolsillo de cada socio, y el que no puede aportar, igual es parte del club”, remarcan.
Para sostener este proyecto, el club impulsa actividades solidarias. La más reciente es una venta de empanadas de pollo:
- Docena: $16.000
- Entrega: sábado 13 de septiembre
- Retiro: barrio Chacra 2
- Pedidos: 2964 55 4608
Lo recaudado servirá para pagar balances, arbitrajes y para acompañar a Delfina, la pequeña gimnasta hija de la secretaria del club, que compite a nivel nacional. Entre canchas prestadas, camisetas que se reparten de mano en mano y proyectos que desbordan el presente, el Club Kiricocho demuestra que cuando la comunidad se organiza, la pelota no solo rueda: también cambia vidas.