Un violento hecho delictivo conmocionó a la comunidad de Río Grande durante el pasado fin de semana. Francisco, un remisero de la agencia Remicop, fue víctima de un violento asalto mientras cumplía con su jornada laboral. El episodio ocurrió en la madrugada del domingo y dejó en evidencia los peligros a los que están expuestos los trabajadores del transporte en la ciudad.
Todo comenzó cerca de las 2:30 de la madrugada, cuando Francisco levantó a una pareja en la intersección de las calles Belgrano y Bilbao. Según lo registrado en el sistema de la agencia, los pasajeros solicitaron ser llevados a la margen sur, aunque no proporcionaron una dirección exacta. Durante el trayecto, que transcurrió de forma aparentemente normal, los ocupantes le pidieron que girara en la calle Tolhuin y Kau , en las inmediaciones de Ex Ruta 3.
Fue en ese momento cuando el viaje tomó un giro violento. Al llegar al destino, la pareja lo amenazó con un cuchillo, le exigió entregar el dinero y apagar sus teléfonos celulares, herramientas esenciales para su trabajo. "Después lo obligaron a entrar al baúl del auto. Fue una situación muy angustiante para él", relató Jimena, compañera de Francisco.
A pesar de la situación, Francisco mantuvo la calma y aprovechó un descuido para abrir el baúl del vehículo mientras estaba en movimiento. Cerca de la rotonda del puente Mosconi, se arrojó del auto y pidió ayuda a un conductor que pasaba por el lugar. "El chico que lo ayudó lo llevó a la garita de policía más cercana, pero parece que el agente no estaba en condiciones de colaborar, así que decidieron seguir al auto por su cuenta", explicó Jimena.
Posteriormente, ya en el centro de la ciudad, lograron cruzarse con una camioneta, aparentemente de bomberos, y se comunicaron con la policía. Gracias al sistema GPS de los teléfonos robados, lograron rastrear el vehículo, que fue hallado en la intersección de Thorne e Yrigoyen.
La policía procedió a realizar un allanamiento en un domicilio ubicado en Bilbao 1040, donde se encontraban Héctor Omar Videla y Paula Silvina Acosta, quienes fueron identificados como los autores del robo. Durante la requisa, se recuperaron los teléfonos y el dinero robado, aunque los sospechosos no fueron detenidos, lo que generó malestar entre los trabajadores de la agencia.
"A nosotros nos da mucha bronca que estas personas no estén detenidas. Mi compañero podría haber salido gravemente herido o algo peor. Es triste porque estamos trabajando y no estamos exentos de que nos pasen cosas así", expresó Jimena, visiblemente indignada.
Francisco, quien tiene poco tiempo como propietario de su vehículo y apenas tres meses en la agencia, ya se reincorporó a sus labores, aunque no sin temores. "Volvió a trabajar, pero está con miedo. Es una experiencia muy traumática, sobre todo para alguien que recién comienza", agregó su compañera.
El auto también fue recuperado por el remisero, aunque Jimena señaló que desconoce si se realizaron peritajes para obtener huellas u otras pruebas delictivas.
El caso ha generado preocupación entre los trabajadores del transporte y la ciudadanía en general. "Es un llamado de atención para que las autoridades implementen mayores medidas de seguridad. Nosotros nos sentimos expuestos todos los días", concluyó Jimena.
Este incidente no solo pone en evidencia la vulnerabilidad de los trabajadores que circulan en horarios nocturnos, sino también la necesidad urgente de respuestas eficaces por parte de las fuerzas de seguridad. Afortunadamente, Francisco no sufrió heridas físicas graves, pero el impacto psicológico de lo sucedido será difícil de superar.
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