
La emoción y el orgullo se reflejan en cada palabra de Susana Vanesa Alegre y Gustavo Olivera, una pareja de docentes de Río Grande que en los primeros meses de 2026 viajará al continente blanco para ejercer la docencia en la Escuela N° 38, ubicada en una de las bases argentinas en la Antártida.
Ambos docentes se desempeñan actualmente en instituciones de Tierra del Fuego —Susana en las escuelas N° 19 y 27, y Gustavo en la N° 19 y en la Escuela N° 2 de Jóvenes y Adultos WIKAM—, pero desde hace años venían persiguiendo este anhelado desafío profesional. “Este proyecto comenzó en 2017, cuando quedamos preseleccionados. En esa oportunidad no se dio, pero nunca bajamos los brazos”, contó Gustavo.
Después de varios intentos y una perseverancia que los define, finalmente fueron seleccionados por el Comité Antártico para representar a la docencia fueguina en el extremo sur del planeta. “La perseverancia ante todo. Es un sueño que se hace realidad después de muchos años de intentos. Ser maestros antárticos es un honor, un privilegio y una gran responsabilidad”, expresó Susana.
La pareja viajará junto a su familia, y sus hijos también son parte activa de este proceso. “Ellos crecieron acompañando este sueño. En 2017 eran pequeños, y hoy lo viven desde otro lugar. Nuestra hija mayor está estudiando enfermería, y estamos viendo cómo podrá continuar su trayectoria académica mientras estemos en la Antártida”, relató la docente.
Sobre su tarea, ambos explicaron que el rol del maestro antártico va mucho más allá del aula. “Es un trabajo pedagógico, pero también sociocultural y administrativo. El docente es el que genera la vida institucional dentro de la base, conectando lo educativo con la vida cotidiana en un entorno único e inhóspito”, detalló Gustavo.
En diálogo con Aire Libre Fm, los docentes compartieron que mantienen contacto con otros maestros que ya vivieron la experiencia. “Cada uno hace su propia historia allá. Todos coinciden en que es algo que marca para siempre. Incluso muchos desean volver”, destacaron.
Si bien aún no hay una fecha exacta de partida, estiman que el viaje será entre fines de enero y principios de febrero, dependiendo de las condiciones meteorológicas y de la logística del Comando Conjunto Antártico.
“Estamos en contacto con el jefe de base y con muchas expectativas. Queremos difundir el trabajo que se hace en la Escuela 38 y mostrar todo lo que se puede construir desde la educación, incluso en un lugar tan extremo”, concluyeron con entusiasmo.
Desde Río Grande hasta el continente blanco, Susana y Gustavo llevarán consigo no solo sus conocimientos, sino también el espíritu de la docencia fueguina: la vocación, la entrega y la convicción de que enseñar no tiene fronteras.